Las mujeres debemos ser berracas y echar pa´ delante, dice Carmen Rosa, una señora de 74 años con una sonrisa empapada de entusiasmo.

Siendo las 8 de la mañana, me ofrece Un agua de panela que según ella es el mejor energizante del día, y por tercera vez consecutiva pero en esta estrechando mi mano agradece que la vaya a entrevistar. me dice su hija Liliana que madrugó muy temprano a esperarme, se cambió de ropa en tres ocasiones y se echo un perfume que nunca había utilizado, (no perdía esa esencia de mujer vanidosa).

Y así muy perfumada, con un abrigo naranja que la hacia lucir alegre delata el frío del momento, bien peinada y con unos aretes de plata que le regaló su esposo días antes de ser asesinado por según ella las Farc, empezamos la entrevista que sería empleada como homenaje a las mujeres.

Con cada pregunta un suspiro, con cada respuesta un mensaje motivacional. En su rostro las marcas De la experiencia, del recorrido, dolor, sufrimiento, y recuerdo. Le agradece (algo que me impresionó) A la violencia que le arrebató, que le quitó la esperanza, porque fue eso lo que la volvió más fuerte, lo que le enseñó a valorar más las cosas.

La violencia que le arrebató seres queridos, tierra, sueños, pero no las ganas de seguir adelante… Viuda, sin uno de sus hijos, con una trombosis que paralizó su lado derecho sonríe y me cuenta que no pierde su esencia femenina, valora el trabajo de las mujeres campesinas y de todas las que pese la adversidad siguen adelante con una sonrisa intacta como ella, una guerrera campesina. Relata como fue su vida en el campo, como la trataron las montañas, como su pueblo natal (Salgar Antioquia) le dio tanto pero a la vez le quitó. Como lleva hoy una enfermedad que según ella fue necesaria para darse cuenta el valor de cada parte de su cuerpo, por estar en tiempos de pandemia me abraza con la mirada y me dice que espera volverse famosa con mi entrevista.

Y así como Carmen, cada mujer tiene su historia, su desafío, su lucha… cada una con un papel que como dado en un guion deben seguir no todas en las mismas condiciones pero si todas en este mismo mundo, mundo que siempre las va a necesitar, Gracias mujer.