La salud mental, el costo de la excelencia académica

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Por: Luis Jácome

El estrés académico se define como una reacción de activación fisiológica, emocional, cognitiva y conductual ante estímulos y eventos académicos. Ha sido investigado en relación con variables como género, edad, profesión, estrategias de afrontamiento, etc.

Para la Unicef la educación es uno de los derechos básico de todos los niños, niñas y adolescentes, que les proporciona habilidades y conocimientos necesarios para desarrollarse como adultos y además les da herramientas para conocer y ejercer sus otros derechos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define que la salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender trabajar adecuadamente.

El sistema educativo en Colombia lo conforman según el Ministerio de Educación Nacional (MEN) por la educación inicial, la educación preescolar, la educación básica (primaria cinco grados y secundaria cuatro grados), la educación media (dos grados y culmina con el título de bachiller), y la educación superior.

Los estudiantes de las instituciones en los últimos años escolares se enfrentan a diferentes pruebas como la SABER, ICFES y SABER PRO, las cuales les genera estrés, ya que estos exámenes permiten medir e identificar los niveles de conocimiento y aprendizajes de los estudiantes de acuerdo con su grado académico.

Foto del cuadernillo de la ICFES, obtenido en la página oficial del (MEN)

En el caso de los estudiantes de grado undécimo, la presión por sacar un buen puntaje en las ICFES, es mayor; ya que estos resultados son analizados por las universidades y a menor puntaje menor es la posibilidad de entra a una institución de educación superior sea pública o privada, en cuanto a los estudiantes universitarios la situación es similar, el costo de las matrículas, el valor una materia, las exigencia de las instituciones, las pruebas SABER PRO y la tesis de grado, la práctica laboral hacen que su estrés desencadene episodios de ansiedad.  

Los estudiantes en condición de estrés son más propensos a desarrollar enfermedades mentales y físicas, además se encuentran más vulnerables frente al tema de las adicciones.

La psicóloga Cristina Gallegos (2021), afirma que las terapias psicológicas adecuadas si van a mejorar el rendimiento académico; sin embargo, son necesarios otros factores de bienestar, es decir, trabajar conjuntamente con el núcleo familiar. Lamentablemente, las instituciones no dan la importancia necesaria al entorno familiar, a pesar de que los dos están estrechamente ligados en calificaciones y rendimiento.

Imagen referente al estrés, obtenido en la página

Según la OMS, en Colombia, el 44,7 % de niños tienen indicios de algún problema mental y el 2,3 % tiene trastorno por déficit de atención e hiperactividad. En la adolescencia los trastornos más frecuentes son la ansiedad, fobia social y depresión; la ideación suicida se presenta en el 6,6 % de esta población (7,4 % en mujeres y 5,7 % en hombres). En la adultez, el 6,7

“Debemos recordar que no se debe olvidar que aún se conservan habilidades personales de salud mental positiva en los estudiantes, que serán el punto de partida en la creación de programas promotores del bienestar y la salud mental en este grupo poblacional. Para ello, es necesario realizar actividades y formación con el fin de fortalecer los hábitos saludables de autocuidado y protección a otros”, afirma la docente Constanza Londoño Pérez del programa de psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia.

A continuación, la experta menciona las consecuencias emocionales y corporales del estrés académico que con más frecuencia se presentan en los estudiantes universitarios:

  • Ansiedad y depresión: La presión de cumplir con las expectativas académicas, las demandas de estudiar para exámenes, completar proyectos y cumplir con los plazos pueden generar una gran carga emocional, lo que puede resultar en síntomas de ansiedad y depresión.
  • Problemas de sueño: La preocupación constante por el rendimiento académico y las largas horas de estudio pueden causar insomnio, dificultad para conciliar el sueño, despertarse durante la noche y tener un sueño no reparador, lo que puede afectar la calidad del descanso y el bienestar general.
  • Síntomas físicos: El estrés académico se puede manifestar en síntomas físicos como dolores de cabeza, dolores musculares, problemas gastrointestinales, fatiga y disminución del sistema inmunológico.
  • Cambios en el apetito: Los estudiantes pueden manifestar la pérdida de apetito o una alimentación poco saludable, que conllevan a problemas de nutrición y problemas relacionados con el peso.
  • Cambios de humor: los estudiantes pueden experimentar irritabilidad, cambios repentinos de humor, cambios en la concentración y la motivación, y sentirse abrumados emocionalmente.
  • Aislamiento social: La presión y las demandas académicas pueden hacer que los estudiantes se retiren de las actividades sociales y las relaciones interpersonales, lo que puede tener un impacto negativo en su bienestar emocional y social.
  • Agotamiento y disminución del rendimiento académico: Los jóvenes universitarios pueden sentirse abrumados y experimentar una disminución en su capacidad para concentrarse, retener información y rendir en exámenes y tareas.

por Luis Jácome

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