Desde que comenzó la cuarentena la educación básica y superior se vio afectada, pues el aislamiento provocó un gran cambio en la manera de enseñar y aprender, y aunque gracias a la tecnología logramos adaptarnos a esta situación, no quiere decir que la «nueva realidad» a la que nos enfrentamos no sea un reto enorme para todos los involucrados.

Por otra parte no solo los estudiantes se vieron afectados, sus familias también debieron enfrentarse a esta realidad, pues en el caso de los niños, sus padres debían cumplir de cierta manera el papel de los docentes sin tener ningún tipo de entrenamiento u orientación en el tema; en el caso de los jóvenes que cursan secundaria los padres también se vieron afectados, ya que, mientras antes sus hijos pasaban la mayor parte del tiempo en el colegio, en este momento la mayor cantidad del tiempo la pasan en casa y con un problema adicional, muchos de ellos sin supervisión de un adulto, pues los padres deben ir a trabajar o en caso de que permanezcan en casa, están ocupados todo el día trabajando desde esta.

Sumado a los problemas que ya hemos visto con anterioridad, el factor económico ayuda también a complicar aun más esta situación, y es que los universitarios son los más afectados en este ámbito, pues si bien antes podían trabajar y estudiar al tiempo, en la actualidad muchos de ellos no tienen esta posibilidad, puesto que perdieron sus puestos de trabajo y no tienen como continuar con sus estudios, pero siendo honestos, muchos niños y jóvenes, también se vieron en esta situación, ya que, sus padres perdieron sus trabajos y no tienen cómo continuar pagando su educación.

En el siguiente reportaje radial, se expone la compleja realidad de muchas familias y estudiantes a lo largo de este aislamiento, sin embargo, también busca mostrarnos cómo la iniciativa de retomar la presencialidad de una manera responsable, es beneficioso no solo para los estudiantes, sino para sus familias también.