En Colombia, la migración de ciudadanos venezolanos se ha convertido en un tema importante durante los últimos años. A continuación, se presenta la historia sobre la experiencia de una mujer venezolana que emigró a Colombia en busca de nuevas oportunidades.
Yelitza Isabel Correa, una joven de tan solo 24 años llegó a Colombia en el año 2017, huyendo de la crisis económica y política en Venezuela. Al igual que muchos otros venezolanos, ella llegó a Colombia sin ningún tipo de plan definido y sin saber qué le depararía el futuro.
Según el informe de Migración Colombia, desde el año 2015 hasta el año 2022, han ingresado al país más de 5,5 millones de ciudadanos venezolanos. A medida que la crisis en Venezuela se ha profundizado, el número de migrantes ha aumentado significativamente, lo que ha llevado al gobierno colombiano a implementar políticas y programas para atender a los migrantes y garantizar sus derechos.
Una de las primeras preocupaciones de la mujer venezolana fue encontrar un lugar para vivir. Según el informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en Colombia, el 22,4% de los hogares son hogares informales. Afortunadamente, ella logró encontrar una habitación para alquilar en el barrio «Campo Valdés» en la ciudad de Medellín a un precio razonable.
Yelitza, cuenta que, a pesar de tener todo lo necesario para vivir bien en Venezuela, un trabajo, una casa, una carrera; la crisis económica por la que estaba pasando en ese tiempo causó un fuerte impacto negativo en ella, ya que tuvo que renunciar a su trabajo ya que este le debía 2 meses de pago y, como pintaba el problema, parecía que no le fueran a pagar.
“La verdad yo sufrí mucho, me tocó pedir más tiempo para la renta, no me habían pagado en los últimos dos meses, ya no tenía comida, estaba realmente muy desesperada” comenta la joven.
La mujer estaba en la obligación de buscar otro empleo, pero como menciona el Ministerio de Trabajo de Colombia, los ciudadanos venezolanos pueden trabajar en Colombia siempre y cuando cuenten con un Permiso Especial de Permanencia (PEP), que les permite acceder al mercado laboral formal y que en el momento Yelitza no contaba con él. «En esas situaciones es cuando más sientes que estás en un país que no es el tuyo, sientes que no encajas»
Con el tiempo, la joven de 24 años poco a poco se fue adaptando a su nueva casa, su nueva raíz, de donde le tocaría empezar desde cero. Al principio lo veía muy difícil, pues sin un permiso especial no podía hacer mucho, por lo que optó en su momento en trabajar de puerta en puerta vendiendo postres usando como plante, el poco dinero que le quedaba luego de pagar su primera renta. Es ahí cuando se da cuenta la dura situación por la que le tocaría enfrentarse y el poco dinero que empezaría a ganar día a día.
Fue en ese tiempo de desesperación y llanto que Yelitza conoce a Harold Sanclemente, un hombre que vivía en la costa Colombia y que por razones lamentables tuvo que dejar su ciudad para buscar nuevas oportunidades en Medellín. Harold vive en la misma calle de Yelitza y al coincidir tantas veces por el barrio se volvieron amigos, Yulitza sentía que al fin alguien la entendía.
Harold le comentó sobre su trabajo, un taller de gorras en el centro de Medellín donde trabajaban personas como ella y como él “Sentí que podía ayudarla, pude ver sus ganas de salir adelante y lo mal que lo ha pasado, me recordó mucho mi situación y la de varios de mis compañeros»
Yelitza se mostró interesada en el trabajo y, gracias a la recomendación de Harold, pudo conseguir un empleo en el taller de gorras. Aunque el trabajo no era fácil, Yelitza se sintió agradecida por tener una oportunidad y trabajó duro para demostrar su valía. Cindy Guerrero, empresaria y dueña de aquel dichoso taller ha acogido a las personas que no están en la capacidad de conseguir un buen empleo a lograrlo «Cada uno gana su sueldo y adicional reciben una comisión por la cantidad de gorras que hacen». La joven venezolana llegó sin ningún tipo de conocimientos, pero con el tiempo, logró ganarse la confianza de sus compañeros y superiores, así eventualmente logró tener un trabajo más estable y mejor remunerado, lo que le permitió pagar sus gastos básicos y empezar a ahorrar para el futuro. “La verdad yo nunca recibí ningún tipo de ayuda por parte del gobierno, pero no fue porque no quisiera, simplemente yo estaba demasiado desinformada sobre el asunto” Es muy normal que esta información pase desapercibida y puede llevar a las calles a personas migrantes “tuve suerte de encontrar mi lugar en Colombia”
A pesar de los desafíos que ha enfrentado, Yelitza se siente agradecida por la oportunidad de construir una nueva vida en Colombia. «Aunque extraño a mi familia y mi hogar en Venezuela, aquí he encontrado gente amable y una comunidad solidaria que me ha brindado su apoyo», dice. «Sé que todavía hay mucho por hacer y muchos obstáculos que superar, pero estoy lista para seguir adelante y luchar por un futuro mejor».
Fotografía de migrante, barrio cabañas, Bello
Tomadas por: Luisa Fernanda Velásquez
¿YA SABES CUÁLES SON LAS AYUDAS QUE OFRECE COLOMBIA A LOS MIGRANTES?
LO INVITAMOS A QUE VEA EL SIGUIENTE VIDEO:
https://youtu.be/DPQkCNdjzcU
Video realizado por: Sofía Rincón
Fotografía de migrante, estación madera
Tomadas por: Luisa Fernanda Velásquez
Infografía realizada por: Andry Mora Torres
Fotografía migrante, estación Bello
Tomadas por: Luisa Fernanda Velásquez
Trabajo hecho por:
-Andry Mora Torres
-Luisa Velásquez
-Alejandro Valles
-Sofía Rincón Ordóñez
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