Estética de la narcocultura

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La narcocultura es un fenómeno social que se vive en diferentes países de América Latina, sobre todo Colombia y México, aunque su desarrollo ha sido distinto al interior de cada nación por los rasgos socioculturales propios y la forma en que ha intervenido el narcotráfico en ellos.

Collage de Gabriel Linares: NARCO Y NECRO: LA ESTÉTICA DEL CAPITALISMO

Colombia ha sido permeado por la cultura traqueta y mafiosa, donde se quiere ostentar lo que se tiene, incluidas las relaciones, afectivas o políticas. En estas estructuras de dinero, de poder, de violencia, lo cual las artes han desempeñado un papel fundamental.

Quizás uno de los terrenos donde el narcotráfico ha impactado con mayor fuerza tiene que ver con los diversos ámbitos de la cultura. En efecto, no se puede negar que la introducción abrupta de los dineros ilegales ha permitido el acceso a formas de vida que algunos grupos y capas sociales no pueden lograr por medios legales.  En Medellín El éxito económico que significó el tráfico de drogas, primero de marihuana durante las décadas de 1960 y 1970, luego de cocaína durante las últimas cuatro décadas, permitió que los traficantes ingresaran a las dinámicas de la sociedad de mercado por la vía del consumo, sin embargo, en la vida cotidiana las expresiones de las personas no pueden ser vistas desde el punto de vista del calificativo moral y, por tanto, no son ni buenas ni malas. Muchas veces se rigen juicios sobre las maneras en las que los demás se comportan asumiendo que nuestras conductas son buenas, algo así como si pensáramos que los buenos somos “nosotros”. Pero, hay que saber que las maneras en que las personas se manifiestan en su vida diaria da un cierto sentido a su vida, así sea en contra de la ley, de los valores tradicionales.

La psicóloga Jessica Mazo nos asevera “La narco estética es el resultado de la necesidad de aceptación de las mujeres asociadas al narcotráfico que movió la tendencia de las cirugías estéticas como herramienta para llegar ese grado de reconocimiento en la cultura narco, por lo que se constituye en un medio para tramitar y satisfacer ciertos deseos, como también para poder ser aceptada dentro de grupos estereotípicos como el narcotráfico.” lo cual muchas mujeres optan por cambiar su cuerpo y mente para pertenecer en esta cultura y sentirse realizadas.

En consecuencia (Pisco, 2019) nos expresa que, “el cuerpo femenino es el objeto de reafirmación de poder y autoridad, es entonces una proyección que ostenta lujo y admiración ante la sociedad. En esta cultura se evidencia la ruptura o fragmentación moral, en esta cuestión que una persona entre a participar un rol activo en la naco-culta despojándose de valores como el respeto, la integridad, la dignidad humana por el hecho del reconocimiento social; atraer miradas y condicionarse como objeto sexual sin ningún valor efímero y carnal, para muchos no tiene ningún valor”.


Es importante resaltar que la violencia ha sido un factor que ha influido en la estética femenina en Colombia que a partir de estas realidades se desenvuelve dinámicas que propician a la mujer jugar un papel determinante en el desarrollo de esta problemática social ya que es en sí misma un objeto de valor, poder y estatus.

Mucho se habla de lo narco como una ética, pero su mejor autenticidad es estética. La verdad, los narcos molestan por sus gustos, pero su dinero nos hace bien. ¿Pero qué hacer cuando toda una sociedad se comporta de modo narco? Asumir que les tenemos envidia porque ellos y ellas sí tienen el dinero y el atrevimiento social para exponer su gusto ostentoso, exagerado y desproporcionado. Asumir que ellos y ellas sí fueron capaces de elevar su gusto a estatus social del éxito. Reconocer que pasaron de nosotros, los supuestamente ilustrados. Pasaron de nosotros y eso jode. De entrada, lo digo, criticar la narco estética es un acto de arrogancia burguesa. Por lo tanto, esta no es una crítica, pero tampoco una celebración, es un dar cuenta narco estética y narco cultura en Narcolombia

Por lo anterior (Omar Rincón: profesor asociado de la Universidad de los Andes, director del Centro de Competencia en Comunicación de la Fundación Friedrich Ebert, julio-agosto 2009) nos expresa que:

«Lo narco no es solo un tráfico o un negocio; es también una estética, que cruza y se imbrica con la cultura y la historia de Colombia y que hoy se manifiesta en la música, en la televisión, en el lenguaje y en la arquitectura. Hay una narcoestética ostentosa, exagerada, grandilocuente, de autos caros, siliconas y fincas, en la que las mujeres hermosas se mezclan con la virgen y con la madre.» La narco-estética se comprende desde una óptica moralista (de clase) o exhibicionista (por los artistas) o como problema cultural (por los académicos) o como pecado nacional (por los políticos), pero es la evidencia de las diversas formas de blanqueo y lavado de activos intelectuales, políticos y éticos que produce el capitalismo. Por eso, moralizar la narco-estética es un acto de arrogancia, porque lo narco es la moral capitalista de billete mata cabeza; todo se compra (sobre todo la ley) y el éxito se exhibe en capital y consumo. En este sentido, lo narco es el espejo donde ver en qué consiste nuestro capitalismo actual.

Manuela Ramírez Restrepo estudiante del Tecnológico de Antioquia, nos habla de cómo se ha evidenciado la estética de la narcocultura en los últimos años “La sociedad antioqueña especialmente ha sido influencia por la narcocultura, la estética de la mujer paisa viene especialmente a base de lo fue el narcotráfico, sobre los gustos de los llamados narcos. Al igual que, la mentalidad que tienen muchos jóvenes en cuanto a la plata “fácil”, otro aspecto importante a resaltar es el hecho de que se vive de apariencias, los jóvenes suelen mostrar quien es el que más tiene, dando un valor agregado al dinero. Estas situaciones naturalizadas por la cultura antioqueña, son un pequeño reflejo de lo que dejó el narcotráfico en Colombia.

Unos de los hitos que desató el narco cultura fue la violencia y los medios de comunicación se encargaron de difundirla y se acomodaron a ella, presentando cómo vida normal, la de narcotraficantes se difunde a través de canciones y vídeos que exponen sus elementos simbólicos: armas, autos y camionetas de lujo, joyas, alcohol, fiesta, mujeres trofeo y dinero.

Esteban Villanueva, comunicador social de la Universidad Católica Luis amigo nos expresa que, A partir de ese fenómeno social, se ha desarrollado una cultura con diversos elementos desde el vestuario y forma de pensar de un individuo.

Desde lo cultural se ha permeado un estilo de vida ostentoso, del consumismo exorbitante y también las mujeres juegan un papel importante dentro del narco cultura porque están vistas como adornos, como objetos, que cumplen un proceso solamente de cumplir un placer.

Linda Pressly BBC News, Culiacáncómo la narcoestética está cambiando el cuerpo de las mujeres

Se concluye resaltando que, todo lo de la narco cultura es visto también como un simbolismo, que crea muchos estigmas y brechas sociales, porque desde ese idealismo que ha creado para tener una “buena vida” finalmente se sigue traduciendo en una violencia, porque finalmente todo de reduce a tener más poder, más territorio, lujos y las acciones que se implementan para lograr es que repercuten en toda una sociedad y siempre tiene daños colaterales, aunque desde la industria se de cierta manera lo legitiman.

VIDEO: https://youtu.be/5Nga4RRCzfI

REALIZADO POR:

Viviana Higuita

Valeria Klinger

Laura Usuga

Karina Zapata

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