En una sociedad que actualmente se enfrenta día a día a situaciones de vulnerabilidad, entornos de tensión, responsabilidades, problemas familiares u otros distintos factores, la salud mental será el hilo conductor para promover y mantener el bienestar emocional y psicológico de las personas, así también como aspectos relacionados con los pensamientos, el comportamiento y las relaciones interpersonales de cada individuo. Pero, mencionando que la salud mental no solo ejerce una influencia significativa a nivel individual, sino que también se moldea la dinámica de toda una sociedad.
Por esta razón la salud mental, se ha convertido en un aliado para las personas, influyendo directamente en su calidad de vida, aportando mejor estabilidad emocional y contribuyendo también a una buena salud física. Asimismo, permite disfrutar momentos de manera positiva y motiva a los individuos a alcanzar metas personales. Permitiendo gozar de una vida más productiva, creativa y eficiente en el entorno familiar y laboral.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que anualmente se registran más de 700.000 fallecimientos debido al suicidio, lo que equivale a una muerte cada 40 segundos. Además, se destaca que cerca del 77% de todos los suicidios a nivel global ocurren en países de ingresos bajos y medios. En Colombia la tasa de suicidios se incrementó en 15, 73% con respecto al mismo periodo de 2022, pasando de 1.564 a 1.810 casos a raíz de diferentes padecimientos y trastornos mentales, según cifras suministradas por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Estas cifras se vieron disparadas altamente desde que la OMS declaró al COVID-19 como una pandemia en marzo de 2020, generando a las personas ataques de ansiedad, estrés y sufrimiento.
Reconocer las señales tempranas de estrés, ansiedad o estados de ánimo es un paso inicial en la búsqueda de un bienestar integral y completo. En un contexto donde la salud mental a veces es pasada por alto o estigmatizada, es importante promover un dialogo abierto y comprensivo en la sociedad. La promoción de un enfoque integral de la salud que incluye la dimensión mental es vital para abordar los desafíos emocionales de nuestro tiempo. Fomentar un enfoque completo de la salud que englobe la salud mental resulta fundamental para enfrentar los desafíos emocionales contemporáneos.
La psicóloga Daniela Perdomo, egresada de la Universidad Católica Luis Amigó con formación en terapia Gestalt habla de la salud mental como una parte esencial de la vida, mencionando que esta influye directamente en como pensamos, como nos sentimos y como actuamos como individuos. “Cada persona es única, y como profesional en psicología es esencial comprender que no hay un enfoque universal aplicable a la salud mental, la clave es reconocer que, si alguien está experimentando dificultades en su bienestar emocional, hay ayudas y apoyos disponibles. Pero, los tratamientos y terapias pueden variar según el tipo y la gravedad de los problemas, pero siempre hay esperanza y opciones para mejorar la salud mental.» Expresa Daniela Orlas, psicóloga.
La resiliencia y el manejo del estrés son aspectos esenciales en la promoción de la salud mental. La resiliencia se refiere a la capacidad de las personas para adaptarse y recuperarse de situaciones adversas, mientras que el manejo del estrés implica estrategias efectivas para lidiar con las presiones de la vida cotidiana. Estos dos elementos desempeñan un papel crucial en la prevención de trastornos mentales y en la promoción del bienestar emocional. Permitiendo en conjunto, la capacidad de las personas para adaptarse y recuperarse de situaciones adversas, incluyendo traumas, pérdidas o desafíos significativos en la vida. De la misma forma influye en la manera en la que se controlan las emociones y las reacciones ante situaciones estresantes.
La psicóloga Luisa del Castillo egresada de la Universidad Católica Luis Amigó habla de la resiliencia como un recurso invaluable para preservar y promover la salud mental. “Desde el punto de vista de la salud mental, la resiliencia implica la capacidad de enfrentar el estrés, la adversidad y los desafíos de manera positiva y constructiva. Desarrollar esta habilidad es importante para mantener una mente equilibrada y prevenir trastornos mentales como la depresión y la ansiedad, la resiliencia proporciona la fuerza y la capacidad de adaptación necesaria para superar obstáculos y experiencias dolorosas” afirma la psicóloga Luisa del Castillo.
La salud mental y la prevención del suicidio son dos dimensiones estrechamente relacionadas que requieren una atención conjunta en la sociedad actual. Las personas que luchan con problemas de salud mental, como la depresión o la ansiedad, pueden estar en mayor riesgo de experimentar pensamientos suicidas, a menudo de que se encuentran en una posición de mayor vulnerabilidad, afectando su equilibrio emocional y obstaculizar la capacidad de percibir la esperanza y autoestima. Por lo tanto, la promoción de la salud mental es una parte integral de la prevención del suicidio. Al abordar abierta y comprensivamente los problemas de salud mental, se reduce el estigma que rodea a estas condiciones, lo que a su vez fomenta la búsqueda de ayuda.
La conducta suicida es un conjunto de eventos complejos que pueden impactar a personas de cualquier edad o situación. Cuando termina en un suicidio, sus consecuencias son profundamente devastadoras para el individuo, su familia y la comunidad, y sus efectos perduran a lo largo del tiempo. Esta conducta se encuentra relacionada con una serie de factores de riesgo que pueden ser abordados mediante acciones específicas que abarcan desde la promoción de la salud mental hasta la prevención y atención de problemas y trastornos mentales. Esto requiere la cooperación de una variedad de sectores y entidades, además de la participación activa de la sociedad civil, con el fin de prevenir resultados trágicos.
Según el Ministerio de Salud y de Protección social en el Boletín de Salud Mental y Conducta Suicida el más alto número de suicidios se observa en el grupo de edad de 15 a 19 años, seguido por el grupo de 20 a 24 años. La detección temprana y el apoyo adecuado para quienes enfrentan dificultades emocionales pueden marcar la diferencia en la prevención del suicidio. Además, educar a la sociedad sobre los factores de riesgo y las señales de alerta del suicidio y promover la importancia de cuidar la salud mental son componentes esenciales de esta lucha continua.
Manuela Girón psicóloga egresada de la Universidad Cooperativa de Colombia habla de una prevención del suicidio desde un enfoque estudiantil, teniendo en cuenta que gran parte de este porcentaje es una respuesta al estrés que viven los adolescentes y jóvenes en el entorno académico y entorno familiar, cuando no encuentran una estabilidad y equilibrio entre estos dos factores. “Como profesional de psicología siempre recomiendo en las instituciones educativas, fomentar estrategias para la prevención del suicidio, capacitar a los docentes sobre las alertas y señales que se observen en los estudiantes, realizar escuela de padres para que conozcan los comportamientos y problemas de sus hijos, y brindar siempre las ayudas necesarias, para que los estudiantes las conozcan a profundidad y puedan recibir un asesoramiento y un acompañamiento oportuno. Además de eso también es necesario implementar en aulas de clase charlas acerca del bullying y acoso escolar siendo uno de los factores que influyen en la decisión de los jóvenes a la hora de cometer un suicidio” comenta la psicóloga Manuela Girón.
Los jóvenes en la actualidad representan el grupo más propenso a la vulnerabilidad debido a las transformaciones físicas, emocionales y sociales que experimentan, así como su deseo de independencia y la formación de su personalidad. En ocasiones, se encuentran en situaciones de riesgo, como la falta de recursos económicos, el abuso y la exposición a la violencia. Finalmente es importante mencionar que tener una buena salud mental influirá directamente en la percepción que se tiene a cerca del mundo y la capacidad para enfrentar los desafíos, independientemente de la edad de cada individuo. Además, que contribuye a contar con una buena salud física y a la prevención del suicidio. En la sociedad, valorar y cuidar la salud mental es un acto de amor propio, asimismo crea comunidades más compasivas y fuertes para las futuras generaciones.
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