La salud mental influye en el bienestar y salud tanto del cuerpo como la mente. Esta debe de tener la misma importancia en la edad mayor y en cualquier otro periodo de vida.
El Futuro de la Salud Mental en una Población Mundial que Envejece
La OMS (Organización Mundial de la Salud) nos señala en 2017 que “aproximadamente un 15% de los adultos de 60 años o mayores sufren algún trastorno mental.” Se cree que en este periodo de tiempo es recurrente estar en riesgo de presentar trastornos mentales, además de otras afecciones no relacionadas a la mente debido al envejecimiento, asimismo de ser probable obtener varias de estas al mismo tiempo.
El índice de personas mayores ha aumentado en el mundo, entre 2015 y 2050 se calcula un aumento entre el 12 al 22% de la población humana. En este recorrido de cifras se demuestra que el 20% de las personas mayores de 60 años sufren algún trastorno tanto mental como neuronal sin incluir a los generados por la cefalea, esta ocurre cuando los músculos del cuello y el cuero cabelludo se tensionan; estos se deben al estrés, depresión, ansiedad o algún trauma craneal, entre otras condiciones que provocan estas alteraciones, está el mismo hecho del tabú o estigma que existe por las enfermedades y la ayuda psicológica evita que tanto ellos, como cuidadores busquen la ayuda necesaria.
Los factores sociales, mentales y biológicos suelen determinar gran parte del progreso o deterioro de la salud mental, la perdida de la independencia física y económica, el dolor físico, la asistencia constante, la frecuente perdida de personas cercanas por la inminente muerte, cambios socioeconómicos por la jubilación o discapacidad para empleo, aislamiento, soledad y angustia son algunos de los motivos por la que el proceso de envejecimiento puede ser demasiado para asumir y meditar solos, científicamente la salud mental afecta la salud física y viceversa.
Adicionando a esta información la OMS dice que el maltrato sexual, físico, psicológico, emocional, económico y/o material, asimismo la falta de atención, abandono, de autoridad aumentan la probabilidad de obtener problemas mentales como depresión o ansiedad.
Enfermedades como la depresión no son diagnosticadas ni tratas correctamente en los centros de salud, en cambio es frecuente pasen por alto ya que coinciden con otras enfermedades en la tercera edad. Los adultos mayores que experimentan esta enfermedad suelen tener menor desempeño que otros adultos con enfermedades físicas como hipertensión o pulmonares.
La demencia, por otro lado, se ve reflejada como problemas con la memoria, pensar o incapacidad para actividades de la vida cotidiana, es frecuente en ancianos, pero no es normal en la vejez.
En cuestión de datos, en el mundo hay unos 47,5 millones de personas que sufren de demencia, el número de estas personas aumenta a 75,6 millones y 135 millones a partir del 2030 y 2050 y estos que la padezcan vivirán en países de ingresos bajos y medianos.
Para más información consulte La salud mental y los adultos mayores OMS
Recomendaciones de Expertas para la Salud Mental y Física en la Tercera Edad
En otras perspectivas, tenemos a las doctoras Gloria Macias y Claudia Muñoz – Psiquiatras de la Fundación Valle del Lili, ubicadas en el departamento del Valle del Cauca, en la capital de Cali, donde hablaron acerca de cómo la pandemia ha afectado la salud mental en las personas mayores, la conversación guiada por la doctora Claudia Muñoz, está enfocada más en soluciones o recomendaciones para ayudarlos a sobrellevar su proceso de aprendizaje en el cual puede llegar a ser más lento, puede existir una serie de frustraciones y qué podemos hacer para hacerles este proceso más fácil.
Una de las recomendaciones que nos hacen es permitir que tengan una rutina para el fortalecimiento cognitivo y darle prioridad a sus conocimientos para que sientan utilidad en sí mismos; estas actividades rutinarias no deben ser largas, debe depender de la capacidad de ellos mismos para completarlas y disfrutarlas, el acompañamiento físico es fundamental para muchos de ellos ya sea para motivación o facilitación de los recursos que se necesiten.
La doctora Gloria Macias amplia un poco más la información hacia rutinas o actividades físicas que se pueden encontrar en páginas relacionadas a la fundación e invita a buscar otras que puedan ser enfocadas al fortalecimiento físico a las personas mayores; sin dejar de resaltar que la idea es generarles emociones positivas para hacer a un lado las frustraciones físicas y mentales que padecen diariamente.
Para más información consultar Hablemos de salud mental en adultos mayores
Voces Auténticas: Experiencias con la Salud Mental desde Perspectivas Variadas
Durante nuestra búsqueda de diversas opiniones sobre el tema, quisimos encontrar personas que estuvieran informadas y no informadas respecto a la salud mental, en nuestra búsqueda conocimos a Amparo Rivas, 55 años, comercial independiente, no ha asistido nunca a terapia psicológica y a Aura Rosa Monsalve de 67 años, ama de casa, asistió a terapia psicología después de la muerte de su esposo.
En nuestra conversación con Amparo, ella solía responder con poco interés analítico de las preguntas relacionadas a como se sentía, que cambios sentía o cómo ha trabajado ciertos aspectos desde su perspectiva y trayectoria de vida.
Mientras que la experiencia de Aura fue un relato de sus sentimientos, de cómo la medicación le fue útil para salir de ese vacío emocional en el que estaba, desencadenó una serie de sentimientos que la alteraban, la hacían reír, recordar y sobre todo reflexionar, al final de nuestra conversación dijo “yo prefiero decir como es, porque así uno se desahoga, se siente como un descanso por dentro, como más livianita” entre lágrimas “hay que reconocer que nosotros necesitamos de los profesionales y que ellos solo quieren ayudarnos”.
Transformando la Experiencia de la Tercera Edad
Natasha Arias, psicóloga clínica de la Universidad Arturo Michelena Venezuela durante una reunión virtual nos señala que la psicología geriátrica es un enfoque relativamente nuevo en el campo de la salud mental, nos explica que son personas que requieren una mirada especial en el espectro psicológico.
Nos comenta que los cambios físicos afectan directamente en estos cambios emocionales, “incluso a nosotros mismos que somos personas jóvenes cuando nos sentimos mal del cuerpo influye en cómo nos sentimos emocionalmente” ejemplifica en nuestra conferencia.
Nos hace entender el hecho de que las personas mayores están constantemente en esta travesía de decir “quiero, pero no puedo” y que esta batalla y al llegar a cierta edad suele existir un arrepentimiento de no haber hecho cosas para evitar el deterioro físico y así no verse afectado emocionalmente por esto mismo.
Natasha nos indica que existe un método terapéutico llamado de tercera generación, hablando de aceptación y compromiso, en el que suele tener una efectividad en las personas mayores ya que establece metas en pro a mejorarse así mismos y evitar caer en el reproche así mismos por no haber cumplido ciertas expectativas o por no haber evitado situaciones que los afectan incluso hoy en día, para aportarles un sentido de vida.
Natasha finalmente nos deja como reflexión apoyar a las personas de la tercera edad y cualquier edad a asistir a terapia, no por motivos de “locura” o “problema” sino con la intención de apoyarse así mismos y lograr entender con ayuda de profesionales que pueden tener alternativas ante su angustia.
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